Por: Aura Gutiérrez
Psicóloga Clínica
Hablar de la muerte es un tema tan complejo y tan difícil, porque definitivamente como sociedad, no estamos acostumbrados a tocar el tema, pasamos por alto la muerte como si no existiera, por eso cuando sucede nos duele tanto.
Al parecer, para algunas personas, el hecho de hablar de la muerte es atraerla, por eso evadir el tema es común, normalmente se piensa para las personas de edad avanzada, se relaciona con una enfermedad, castigo o culpa, cuando en verdad, la muerte sucede en cualquier etapa de la vida, de forma repentina y fuera de nuestro control.
La muerte es parte de la vida, lo contrario a vivir es nacer y aunque muchas veces se ha relacionado a la muerte con algo oscuro, con esa imagen tan mexicana de las catrinas, de huesos, sin ojos e incluso guadaña como en el tradicional juego de lotería, la muerte es en sí, la trascendencia del ser, en la que físicamente se pierden las funciones del organismo, pero es vital recordar que el cuerpo es un vehículo que da voz y acción a las personas, pero la esencia nunca se va.
Cada persona, vive su duelo, independientemente de que varias personas sufran la pérdida de un mismo ser, el proceso es distinto para cada uno y esto se debe a la relación entre el doliente y su ser, la forma en la que sucede el fallecimiento, el cierre que tuvo o despedida, la edad de quien vive la pérdida. Cabe señalar, que los niños de igual forma comprenden la muerte y se debe hablar con ellos sobre ella, existen infinidad de cuentos, historias y recursos, así como abordar el tema con las personas mayores a quienes en ocasiones se les oculta la muerte de familiares por el temor de causar algún impacto en su salud física. Todo tema bien abordado, llevado de la mano de especialistas, es la mejor alternativa para trabajar las emociones y hablar siempre desde la verdad y la confianza.
Comprender que cada persona tiene su propio proceso, nos permite darnos cuenta que a veces no nos encontramos en la misma etapa del duelo, por lo que si recientemente pasaste por el fallecimiento de un ser querido recuerda que es válido sentir, todas las emociones que experimentes son permitidas, absolutamente nadie está en la misma postura que tú, vive tu duelo como creas conveniente, ya que el proceso es personal y comienza por buscar ayuda para que puedan identificar en que etapa del duelo te encuentras.
- Crisis: Momento del suceso en que el impacto de la situación no permite sentir del todo. Momento de caos.
- Negación: Mecanismo de defensa para protegernos ante la difícil realidad.
- Enojo: Sentimientos de ira, culpa, contra uno mismo o contra los demás por lo sucedido.
- Depresión: Sentimientos de desesperanza, falta de motivación, abatimiento.
- Aprendizaje: Toda crisis viene a enseñarnos algo.
- Aceptación: Continuar no significa olvidar, vivir es la mejor forma de honrar la memoria de quienes físicamente no están.
Un punto clave para honrar a tus seres queridos es pensar en aquello que creas que querían enseñarte, ¿Por qué estás aquí ahora?, ¿qué necesitas honrar de su memoria? Se dice que cada mes de noviembre vienen a visitarnos, pero para aquellos que creen en el alma, se sabe que ellos siempre buscan formas de volver, pierde el miedo a hablar con tus seres queridos, muchas de las respuestas que buscas están alrededor de ti, no vendrán de la forma en que las pides, solo hay que aprender a sentirlos diferente, en el cielo, en la música, en las flores, en las mariposas, en los paisajes, etc. ahí están.
Como sociedad, tengamos una cultura cada vez más abierta a hablar del tema, empieza pensando en tu propia muerte, solo así podrás experimentar la sensación de hablar de ella y poder acompañar en su momento a otros en sus procesos.
