Literatura al estilo Alessandra del Mar
Marcos Aguinis demuestra en esta obra porque es uno de los más connotados escritores, distinguido como Caballero de las Artes y las Letras por parte del gobierno de Francia.
La amante del populismo publicada este año por Plaza Janes es una lectura obligatoria los contextos ideológicos que, independientemente de nuevos retos socioeconómicos, están definiendo las directrices de muchos grupos de poder en el mundo.
En este reportaje histórico con trazas de relatos novelescos el autor desnuda el alma y la conciencia de una mujer que participó activamente, hasta el involucramiento emocional y erótico con la fundación del movimiento conocido como fascismo, es donde Benito Mussolini es revelado desde lo complejo de su origen, la raíz de sus complejos e inseguridades, que lo volvieron un líder autoritario y un as del populismo.
Esta singular mujer de origen distinguido y educación privilegiada, además de una seductora belleza fue Margherita Sarfatti. Ella se deja explorar por las hábiles y muchas veces descarnadas preguntas de Marcos Aguinis. Pese a estar casada ella no negó su larga relación de veinte años con Benito Mussolini.
AGUINIS: Pareciera que usted se enamoró enseguida, sin conocerlo casi.
SARFATTI: Es verdad. Hasta hoy me hago la misma pregunta. Recién después me enteré de algunos fragmentos de su rústico pasado, que se hicieron más evidentes cuando lo invitamos a cenar a nuestra mansión. Con Cesare cambiamos disimulados gestos de asombro al observar su prodigiosa invención de movimientos digitales para usar cubiertos. No lograba armonizar el tenedor y el cuchillo, a los que empuñaba con las manos incorrectas y los dedos retorcidos. No lo habían educado en sus años de herrero.
El esposo de Margherita, Cesare, en un momento de sus inicios como periodista lo ayudo – gracias a los argumentos y pasión histriónica de Benito- a colocarse como cabeza del diario izquierdista Il Popolo de´Italia. Y en retribución pidió a Margherita que era una excelente periodista, ser su editora principal.
Durante las narraciones brotan otras protagonistas como Ida Dalser con quien Benito se casó y tuvo a su hijo, dada su poligamia y sed de poder, cuando Ida Dalser fue un estorbo la mando a encerrar a un manicomio hasta que murió victima de vejaciones y a su hijo de igual manera lo mando a asesinar. Los fines justificaban sus mecanismos cruentos. La sífilis con grandes consecuencias fue uno de los costos de su desmedida forma de ser arbitrario.
Margherita se rodea de artistas, su origen y sus recursos le dan a Benito la seguridad y credibilidad que en un inicio el necesitaba.
“Benito me consultaba sin cesar lo intuía antes de que su voz sonara, quizá por el ritmo de su respiración. Por esa causa empezó a reclamar que abandonase mi domicilio en Milán y el lago de Como, para instalarme por largos periodos en Roma.”
La función de amante, asesora y consejera, se amplio a la de embajadora a otros países de la labor de Benito y su ideología. Era pues recibida con los honores y atenciones de una embajadora diplomática. Cuando fue a Estados Unidos, en uno de los encuentros con la pareja Roosevelt, presidente le expresó categóricamente lo que no le parecía del actuar populista de Benito:
“Soy contrario a los subsidios para los desocupados, porque desacostumbran a trabajar”
A lo que Margherita apunta:
Ese concepto sigue nublando la cabeza de los populismos, porque atrapan el gusto por la molicie y consiguen la adhesión de las masas ignorantes. Hasta pretende representar la democracia, pero solo consigue pudrir la democracia y endiosar a los corruptos.
El encuentro y alianza con Hitler, los vaivenes y traiciones con sus seguidores, el rey y la iglesia, son algunos de los magníficos ingredientes que demuestra hasta dónde llega la locura de un poder narcisista. Un libro imposible de soltar una vez que su relato te atrapa.
