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Estamos en la temporada de infecciones de vías respiratorias. Todos sabemos que no es nada agradable estar en una reunión y no contener la tos o incluso qué sientas un picor incontrolable en la garganta. Y qué decir del escurrimiento nasal, el no poder respirar y tener que abrir la boca para poder controlar el aliento. Podemos pasar varias semanas sin alimento y varios días sin agua, en ese periodo el cuerpo se adapta a las reservas que tiene para poder mantener la vida; sin embargo unos pocos minutos sin oxígeno son suficientes para perderla.

Es importante conocer la función de aparato respiratorio, la cual consiste en el intercambio de gases entre el aire de la atmósfera y el organismo, intercambiando oxígeno por dióxido de carbono, el oxígeno que respiramos se une a la glucosa para formar energía, siendo así indispensable la energía para nuestras actividades diarias. Personas que tiene alguna enfermedad en las vías respiratorias, cuentan con menos capacidad para ejercer actividades desgastantes, tanto por la condición física que pueden alcanzar, como por la poca energía que genera su cuerpo.

Nuestro sistema respiratorio es susceptible a daños ocasionados por sustancias tóxicas, como los originados en industrias que implican combustión, industrias automotrices, calefacciones residenciales; estas fuentes de toxinas generan dióxido y monóxido de carbono, óxido de nitrógeno y azufre, entre otros contaminantes.

En 1952 Londres sufrió una gran niebla, debido a varias semanas de viento fríos, en los hogares y en las oficinas empezaron a generar calor mediante la combustión de carbón, la población estaba tan familiarizada por la constante neblina que dejaron pasar la toxicidad, viéndolo de una manera normal, ocasionando daños severos en su salud. La neblina llegó a un punto tan intenso que era imposible poder verse los pies en las calles. Esta gran contaminación del aire ocasionó la muerte de aproximadamente 12,000 personas. Es importante tomar conciencia de nuestros actos, está en nuestras manos cuidar nuestra atmósfera o dañarla a tal grado que afecte nuestra salud.

El sistema digestivo también se ve afectado ante una mala oxigenación, debido a que el intercambio de gases que ocurre durante la respiración es esencial para lograr la oxidación completa de los alimentos, logrando así la función de todo nuestro cuerpo.

Para poder cuidar nuestro aparato respiratorio, debemos conocer las partes que lo forman como son: la laringe, tráquea, bronquios y pulmones. Nuestros pulmones tienen la función más importante del sistema respiratorio, que consiste en la eliminación de sustancias tóxica y virus que respiramos del ambiente. Nuestros pulmones están protegidos por un escudo (las costillas), para evitar que sufran algún daño. Cuentan con más de 300 millones de alvéolos los cuales representan una superficie equivalente a una cancha de tenis, y son los encargados de hacer el intercambio de oxígeno. El torrente sanguíneo capta el oxígeno de los pulmones para distribuirlo al resto del cuerpo y realizar el intercambio con el dióxido de carbono.

El corazón es fundamental para este movimiento, ya que es el encargado de dar la fuerza necesaria para desplazar la sangre a la presión y velocidad a todo el cuerpo. Siendo regulado el sistema respiratorio por el cerebro y el sistema nervioso autónomo. Cada órgano del cuerpo es un equipo en armonía, funcionando de manera sincronizada para mantenernos con vida.

Una persona en reposo respira alrededor de 6 litros de aire por día, en cambio cuando hace ejercicio intenso puede incrementar hasta 75 litros por minuto, por eso importante que cada persona que tenga el hábito de hacer ejercicio, también realizar una rutina de respiraciones profundas a manera de entrenar sus pulmones cuando es sometido a un trabajo más intenso.

La mejor manera de cuidarnos en esta temporada de frío, es consumiendo frutas y verduras, cada estación del año viene acompañado de frutas y verduras que serán de mucha ayuda para enfrentar cada adversidad en nuestra salud. También puedes ayudar a tu cuerpo de la siguiente manera:

  • Consumiendo alimentos cítricos como: limón, lima, naranja, mandarina y toronja
  • Consumo de frutos rojos: frambuesas, grosellas, arándanos y fresas
  • Agregando a tu menú verduras de hojas verdes oscuras
  • Productos ricos en vitamina A
  • Lavarse las manos constantemente
  • Mantener distancia con personas presenten síntomas de tos o resfriado
  • Aumentar la ingesta de agua
  • Evitar fumar o exponerse a ambientes con humo
  • Realizar lavados nasales con agua salada o suero salino

Jugo Antigripal

Ingredientes

  • 1/2 pepino
  • 4 tomates
  • El jugo de 2 limones
  • 1 cm de jengibre sin piel

Procedimiento:

  • Colocar en la licuadora los ingredientes
  • Licúa y disfruta

¿Te gustaría una asesoría nutricional?

Citas disponibles al: 961 177 47 74

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